miércoles, 1 de abril de 2009

Lluvia

Las gotas recorren su rostro, espesas van arrasando las capas de maquillaje que pretendían esconderla del mundo. Tan húmedas, tan hidratantes, tan tibias…se deslizaban a un ritmo muy propio sobre su piel nada las apuraba, nada las perseguían, nadie las esperaba, pero ellas sin embargo seguían.
A medida que caían por su rostro, esta extraña se conocía, nunca sintió tan fuertemente sus mejillas, nunca sintió que sus ojos ardían y que en sus labios temblaban sonrisas.
En su peculiar vida el llanto era un refugio al que solo acudía cuando matar o morir era la alternativa. Mucho lloro por no matar lo que le provocaba ira, mucho lloro por no verse muerta en vida.
Pero por primera vez simplemente lloraba. Sin necesidad de una circunstancia de vida o muerte que la apañaran.
Ella junto a él sentía, temblaba, reía, temía… y lloraba una lluvia que daba vida…
Pasado el diluvio, él siempre le decía:

- Llorar te pone mas linda…
A vos... Te amo...

3 comentarios:

Pablo_snm~El necio dijo...

Cuán tremendamente frágiles nos hace el amor cuando nos habita. Pero qué bello puede expresarse...
Hermoso, nena...
Ese chico te está volviendo una mujer distinta.
Besos!
Te quiero mucho!

Casiopea dijo...

Frágilidad...me quedo con eso.

Besos y gracias por estar siempre...

Milton Castro dijo...

Que hermoso, una lagrima de amor embellece al hongo mas mustio.